Corina, la ópera prima de una directora que habría amado ser pintora, pero apostó por el cine
La jalisciense Urzula Barba Hopfner nos platica sobre su primer largometraje como directora.
Una artista plástica «frustrada», una adolescente que «bebía cine», una novel directora que (aunque con infaltable nerviosismo) ha disfrutado moverse fuera de su zona de confort… Palabras más, palabras menos, fue así como la tapatía Urzula Barba Hopfner se refirió a sí misma en una charla que concedió a Cine PREMIERE en otoño de 2024. Y a partir de tales declaraciones, una película como Corina cobra mucho más sentido.
Visualmente, esta ópera prima le debe mucho a aquellos cineastas que inspiraron a Barba Hopfner cuando era apenas una joven estudiante forjando su cinefilia. Ahí están, por ejemplo, Jean-Pierre Jeunet (Amélie), Wes Anderson (Los excéntricos Tenenbaums) y Michel Gondry (Eterno resplandor de una mente sin recuerdos). De estos directores, quedó grabado en el corazón de la jalisciense su estilo plástico y su elevada atención al detalle. Nada raro entonces que Corina —una entrañable comedia dramática sobre una veinteañera reservada que debe enfrentar sus miedos e ir más allá de su zona de confort— exhiba esos mismos atributos que tanto le maravillaron en sus años formativos.
«Corina, de alguna forma, la hice para la Urzula de 16 ó 17 años», nos confesó la debutante realizadora con cierto aire de nostalgia. En el fondo, ella echa un poco de menos a esa «espectadora vulnerable, abierta e impresionable»; aquélla que en un universo paralelo habría decidido dedicarse a la pintura, pero que en éste, optó por responder al llamado del séptimo arte. Primero como montajista y más recientemente como directora y guionista, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
Acreedora del galardón de Mejor película jalisciense en el FICG 2024 y del Premio de la Prensa en la 27ª edición del GIFF, Corina narra una historia ambientada en el año 2000, sobre una joven correctora de estilo que radica en Guadalajara y a quien por dos décadas le ha sido imposible abandonar la cuadra en la que vive, trabaja y se surte de víveres. El personaje titular (interpretado por Naian González Norvind) sufre de agorafobia y de ahí el pánico que le genera algo tan cotidiano como cruzar la calle. Sin embargo, cuando la editorial en la que labora se encuentra en peligro de desaparecer, Corina no tiene más remedio que armarse de valor —aparte de con sus confiables combat boots— y aventurarse fuera de la ciudad, en busca de la única persona que puede salvarles: una misteriosa novelista que responde al nombre de Xareni Silverman.
Lean a continuación la entrevista completa que tuvo Cine PREMIERE con Urzula Barba Hopfner a finales de noviembre del año pasado, con motivo del eventual lanzamiento en cines de su ópera prima. Corina es el primer gran estreno mexicano de 2025, uno con el que su directora espera seguir conectando con más y más espectadores. A fin de cuentas, nos asegura, «yo lo que busco es comunicarme con el público a través del cine».
En entrevista con Urzula Barba Hopfner
CP: Corina lleva casi medio año yendo de festival en festival. Ya pasó por Guadalajara, Guanajuato, Morelia, hace apenas unos días tuvo su premiere internacional en el Festival de Tallinn, en Estonia, y más adelante se exhibirá en Los Cabos. ¿Cómo te has sentido durante todo este recorrido? No sé si un poco como Corina —que siente temor de salir al mundo— ir a un nuevo festival o conocer nuevos públicos te sigue generando nerviosismo.
¡Sí, completamente! A mí, honestamente, llévame a un set. Yo me siento cómoda en un set, me siento cómoda en una oficina, me siento cómoda en una isla de edición… Esta parte de la promoción ha hecho que me salga de mi zona de confort y —como sucede con Corina— efectivamente he descubierto cosas de mí misma que de ninguna otra forma habría descubierto. Toda la parte de promoción está enriqueciendo mi vida. Conocerlos a ustedes [a la prensa], agradecerles el espacio, sin lugar a dudas ha amplificado mi vida. O sea, se ha abierto mi vida gracias a que he salido de mi zona de confort. [Promocionar una película] no es el lugar más cómodo para mí, pero sin lugar a dudas lo estoy disfrutando porque representa nuevas experiencias.
CP: De parte del público, imagino que has escuchado comentarios muy positivos y cariñosos hacia tu ópera prima. ¿Hubo alguna reacción u opinión en particular que se te haya quedado grabada?
Híjole, un montón. La verdad es que, para empezar, la prensa ha sido profundamente generosa con Corina. Han hablado padrísimo de Corina… Yo, como editora, vivía la prensa desde un lugar muy lejano y ahorita que estoy como que conviviendo con ustedes, he tenido la oportunidad de ver, de primera mano, lo sensibles que son. He visto cómo los ojos de la prensa brillan de pronto ante una buena película o ante una plática padre. Y en términos del público, ha sido abrumador. Es muy especial la manera en que el público la está recibiendo.
En Guadalajara incluso parecía que había explotado una bomba. La gente estaba profundamente conmovida. Y claro, como ‘operaprimista’, yo iba sin expectativas acerca del público. Más bien, me preocupaba si la película se veía bien, si la gente que había invitado tenía sus lugares, si ya habían llegado las actrices, si se escuchaba bien… Tenía como todas estas cosas en la cabeza acerca de la logística. Pero cuando se encendieron las luces y la gente aplaudía, aplaudía y no paraba de aplaudir, fue como: ‘Oh, guau, esto es nuevo para mí’. Hubo de pronto gente en lágrimas que agradecía la película y eso también fue muy especial.
En Guanajuato, sucedió que jóvenes estudiantes de cine bajaron a conocerme [después de una proyección] y temblaban de emoción por conocer a la persona que había hecho la película. Y eso me recordó la adolescente que yo fui admirando a otros directores. Eso también fue súper especial. Han sido momentos que me han marcado como artista, porque, de una forma u otra, yo lo que busco es comunicarme con el público a través del cine.
CP: Acerca de lo que han dicho el público y la prensa, un comentario recurrente es que Corina es «la Amélie mexicana». ¿Tú qué opinas de esta comparación? ¿Dirías que Amélie y el director Jean-Pierre Jeunet fueron para ti referentes obligados?
Me paralicé la primera vez que lo escuché. Dije: ‘¡Jesús bendito!’ Corina, de alguna forma, la hice para la Urzula de 16 ó 17 años. Yo fui una adolescente que bebía cine y extraño un poco ser esa espectadora vulnerable, abierta e impresionable. Me inspiraban las películas, y las películas que vi en aquel entonces me marcaron profundamente. Una fue Amélie [de Jeunet], pero también [el cine de] Wes Anderson y recuerdo también cuando vi Eternal Sunshine of Spotless Mind [de Michel Gondry].
Son directores que se enfocan muchísimo, sí, en la fotografía, pero también en el diseño de producción. Había [en sus películas] una propuesta de diseño de producción muy plástica. Entonces siento que esos directores me marcaron. Llevo [conmigo] esos encuadres y esas aproximaciones al mundo estético y al diseño de producción. Los llevo en la sangre. Y para mí fue muy gozoso saber que, a pesar de una escuela súper exigente [a la que asistí] y de un oficio como editora súper exigente, no he perdido a esa Urzula que se maravillaba con el cine.
CP: Siento que ‘Corina’ es un nombre muy especial. Investigando un poco, me encontré con que así se llamaba una prolífica poeta de la Antigua Grecia, de cuya obra ya sólo quedan fragmentos. ¿Es de ahí o de dónde vino el deseo de nombrar así a tu protagonista?
Sin lugar a dudas, ‘Corina’ viene de esta intención de marcar a las mujeres como artistas también; mujeres que pueden coquetear con ser geniales. Tenemos grandes ejemplos en la historia [de la humanidad], sobre todo poetas o escritoras, y para mí era importante hablar sobre una mujer que, en su primer intento, hace las cosas muy bien. La primera vez que Corina [mi personaje] modifica la obra de una gran escritora, le sale bien —le sale muy, muy bien—. Eso habla de un guiño genial, y yo quería explorar justamente cómo las mujeres podemos coquetear con la genialidad. Aparte, fonéticamente, ‘Corina’ es un nombre muy fuerte [y en la película, eso alude a que] una mujer necesita conectar con su propia fuerza para que pueda salir de su zona de confort.
CP: Algo que caracteriza a Corina es su perfeccionismo, el cuidado que pone en cada detallito. Y por estos atributos es que Naian González Norvind ha dicho que tú eres, tal cual, como Corina. ¿Recuerdas alguna escena o toma de la película que mejor ejemplifique cuán perfeccionista eres?
Hay un clip que creo que dura unos 3 ó 4 segundos, de la niña [Corina] rodeada de libros. Y todos son libros físicos. Nos prestaron El Informador [las instalaciones del periódico] en Guadalajara para poder filmar la película ahí, lo cual fue un gran acierto —la gente de El Informador fue muy espléndida con nosotros y les estoy completamente agradecida—, y de pronto, durante el scouting, entramos a una sala que estaba llena de libros, perfectamente acomodados para luego ser colocados en estantes por tema, por título, por autor, etc. Y entonces los pedimos prestados para poder hacer esa escena.
[La imagen de Corina rodeada de libros] se nos ocurrió hasta ese momento. No recuerdo realmente cómo estaba diseñada la escena en el guion; probablemente era Corina leyendo en su cama. Pero entonces dijimos: ‘¿Qué tal si Corina, la niña Corina, está de pronto rodeada de todos estos libros?’ Era una toma con riesgo porque no es realista; juega un poco con la fantasía, pero, gracias a Dios, quedó perfecta en la película. Cada libro fue puesto [uno por uno, alrededor del personaje] y yo pude explorar ese perfeccionismo creativo con el diseñador de producción. Fue un gozo maravilloso.
CP: Creo que esa toma efectivamente va muy bien con toda la propuesta visual de la película. ¿Cuántos libros eran, más o menos?
¡Muchísimos! Era una maravilla, imagínate. Los libros de décadas de un periódico… Una montaña de libros, literalmente.
CP: El color de la ropa es algo que también resulta muy llamativo en Corina. Noté que cotidianamente ella viste ya sea de verde, rojo o amarillo. Pero curiosamente, el día en que decide emprender su viaje fuera de la ciudad, su indumentaria fusiona esos tres colores: una blusa amarilla, una falda roja y una gabardina verde. A tu parecer, ¿qué nos dicen estos colores acerca del personaje?
Soy una artista plástica frustrada. Honestamente me habría encantado ser pintora y terminé en el cine. Yo llegué con una propuesta de simbolismo a la hora de reunirme con la vestuarista y con el diseñador de producción. Estudié en algún momento a Kandinsky y quise que el amarillo en la película simbolizara la locura. Corina tiene rasgos de locura; para que alguien se encierre durante 20 años en la misma cuadra en la que vive, tiene que haber un desajuste mental. Digo, lo tenemos todos, pero Corina juguetea con la locura, y el amarillo simboliza eso. Además, ella porta su locura [representada en el amarillo de su vestimenta, a la hora de salir de viaje] porque para mí era muy importante simbolizar que puedes enfrentar tus miedos con la locura que traes.
El rojo es la violencia. Corina se enfrenta a la violencia cuando a los ocho años presencia el accidente [que siembra en ella el miedo al exterior]. Y de alguna forma, mantenerte encerrado también puede ser una forma de violencia. Pero la belleza de la violencia es que la necesitas, o necesitas ese enojo para salir de tu zona de confort. Decir: ‘Debo cambiar mi panorama y lo voy a hacer’. Para ello necesitas un arranque de violencia, un arranque de enojo, y por eso [Corina] lleva la falda roja, porque se atreve a salir de su zona de confort. [El rojo representa] ese empuje de: ‘¡No más! Me tengo que atrever’.
Y el verde es su zona de confort. Si te fijas, la casa de Corina e incluso su mamá coquetean mucho con los verdes. El verde es: ‘Ok, me voy a arriesgar, pero también llevaré conmigo a mi madre. También llevaré conmigo mi zona de confort. También llevaré conmigo aquello que me hace sentir a salvo’. Entonces uno va con todos sus demonios y con todas sus virtudes a enfrentar sus miedos.
CP: Ahora pienso en Corina como una guerrera que se arma con una espada, un escudo y una armadura antes de la pelea…
¡Justo! Con Ana Barroso [la vestuarista], diseñamos una Corina medio ninja con sus combat boots. O sea, ella va y se escuda como si fuera a la guerra… Ella va a la guerra.
[En entrevista con Naian González Norvind, la actriz nos aclaró que también el azul en la película tiene un significado. Este color en ‘Corina’ simboliza la libertad y por eso lo vemos, sobre todo, en la ropa de Carlos, el personaje aquí interpretado por Cristo Fernández y que acompaña a la protagonista en su aventura].
CP: Antes de concluir, tengo entendido que ya estás trabajando en tu segundo largometraje. ¿Qué tan avanzado va? No sé si pudieras platicarme un poquito sobre el argumento o el tema que trata.
¡Sí! Estoy escribiendo [el guion] con Samuel Sosa, otra vez, y se llama Disonante. Ya tenemos un primer tratamiento… Pero eso es todo lo que te puedo contar.
CP: ¿El tono será similar al de Corina?
Creo que va a ser un poquito más dramática. Va a suponer más retos y tengo la ambición de profundizar todavía más en la oscuridad del personaje, en todo aquello que de pronto nos hace sentir culpables, pero con tonos cómicos como con Corina. Es una ambición en términos dramáticos, en términos narrativos, el profundizar un poco más, pero teniendo estas escapadas de comedia un poco oscura. Me va a dar mucho gusto que la veas también en unos años.
¿Cuándo se estrena Corina y dónde verla?
Corina, ópera prima de la directora Urzula Barba Hopfner, se estrena comercialmente en salas mexicanas el 9 de enero de 2025. Sigue la cuenta oficial de la película en Instagram para estar al tanto de toda la información referente a su lanzamiento.