«Siempre he estado interesada en las historias íntimas»; Sophie Hyde sobre Buena suerte, Leo Grande
Buena suerte, Leo Grande ya se encuentra exhibiéndose en todos los cines del país.
Buena suerte, Leo Grande, protagonizada por Emma Thompson y Daryl McCormack, es la nueva película de la directora australiana, Sophie Hyde. Su más reciente obra fue estrenada en el Festival de Cine de Sundance 2022, cosa que no es nueva para ella, pues sus dos filmes anteriores, Amistades salvajes y 52 martes, también tuvieron su estreno en dicho festival, en los años 2019 y 2014, respectivamente. Sin duda, Sophie nos ha demostrado que su cine es de la más alta calidad.
En este largometraje conocemos la historia de Nancy Stokes (Emma Thompson), una profesora viuda y jubilada, quien busca gozar de su sexualidad, de manera plena, como nunca antes ha sido capaz de hacerlo. Para ello, contrata los servicios de Leo Grande (Daryl McCormack), un joven y apuesto trabajador sexual. No obstante, lo que pintaba ser un simple encuentro casual, se termina convirtiendo en un viaje de autodescubrimiento, para ambos personajes.
Como parte de la agradable conversación que llevamos a cabo con la directora Sophie Hyde, cabe destacar que su entusiasmo y alegría, al hablar de su nueva producción, era más que palpable. Una de las primeras cosas que Sophie nos compartió, fue el hecho de que se siente muy agradecida con el recibimiento que ha tenido la cinta, alrededor del mundo.
A diferencia de lo que algunas personas podrían llegar a pensar, el proceso de elaboración de una película es sumamente complejo. Durante las etapas de preproducción, producción y postproducción, los realizadores adquieren un sinfín de aprendizajes nuevos. Con Sophie no fue la excepción, pues algo muy importante que aprendió, fue a confiar más en sí misma, como cineasta.
«Yo siempre he estado muy interesada en las historias íntimas, y me resultaba muy emocionante la idea de contar una historia, con sólo dos personajes, en una habitación. Sentí que, de esta forma, podía explorar mucho de ellos. La última película que hice tuvo muchas locaciones y bastantes colores. Para este nuevo proyecto, quise ser más neutral, y darle un mayor enfoque a los cuerpos y a las emociones.
Supongo que una película como ésta, hace que crezca la confianza en ti mismo, como artista. Esto, gracias a que debes confiar en que algo más minimalista, sí puede ser interesante. Debes confiar en tu instinto, de que al público le resultará cautivador ver a dos seres interactuando, por 97 minutos, pasando del drama a la comedia, jugando con tomas fijas y en movimiento. Tienes que confiar en que algo así funcionará, y que además, será disfrutable.»
Asimismo, Sophie mencionó de qué manera sus vivencias en trabajos anteriores, le fueron útiles para forjar el camino de Buena suerte, Leo Grande. Lo primero que destaca, nos remonta diez años atrás, durante el rodaje de la cinta 52 martes, la cual, como su nombre lo indica, fue filmada durante 52 martes, a lo largo de todo un año.
Aquella película se escribía y se ensayaba conforme el rodaje avanzaba. Además, ninguno de los actores que apareció a cuadro tenía experiencia actoral previa. Todo esto, en conjunto, le enseñó a Sophie cómo llevar a cabo el proceso de dirección, a través de la experimentación. Al ser un rodaje tan natural, e incluso espontáneo, ella se encargó de fomentar una interacción orgánica entre su elenco.
En palabras suyas, haber aprendido a dirigir de esta manera, le es útil hasta el día de hoy. Enfatiza en que se siente afortunada de haber comenzado así. Para Sophie, dirigir una película implica ser alguien cercano a tus actores, para interactuar con ellos de la forma más natural posible. Esto, sin importar qué tanto renombre tengan, como es el caso de alguien tan consolidada, como Emma Thompson, en Buena suerte, Leo Grande. Sophie recalca el hecho de que ella busca que su proceso de dirección no se sienta «como si fuera una máquina». Al contrario, ella indaga más en el lado humano de los artistas con los que trabaja, para obtener resultados más puros y emociones más legítimas.
«Emma (Thompson) ya era parte del proyecto, desde antes de que yo entrara. Ella fue uno de los más grandes motivos por los que quise unirme. Y no sólo porque quisiera trabajar con Emma, sino porque el concepto de la película y Emma, como actriz, me parecía que eran muy compatibles. Me siento sumamente feliz de que ella haya estado lista para ser tan colaborativa, desde el comienzo.
Por su parte, para el papel masculino hicimos una gran cantidad de audiciones. Vimos a muchos actores que nos gustaron bastante. Sin embargo, Daryl (McCormack) nos cautivó de inmediato por su gran talento, por su físico, por su generosidad y por la gran química que tuvo con Emma. También, el hecho de que Daryl sea una persona de raza mixta, con ascendencia irlandesa y afroamericana, me pareció un elemento que sería muy interesante para la dinámica de la historia.»
Sophie, como directora, menciona que, sin importar cómo sean los personajes de sus películas, algo vital para ella, es que los tiene que amar. Le resulta importante estudiar sus virtudes, sus defectos y todas las cualidades que los componen. De igual manera, le es fundamental hacer que sus actores les den vida, de una manera en que el público también pueda enamorarse de ellos. En el caso de Buena suerte, Leo Grande, no cabe duda de que Sophie quedó más que satisfecha con la forma en que Emma y Daryl interpretaron a sus respectivos personajes. Su compromiso y su pasión, como directora, se ven plasmados en cada escena en la que vemos a Nancy Stokes y Leo Grande en pantalla.
A modo de conclusión, Sophie dejó un mensaje para la audiencia, para cuando tengan la oportunidad de ver el filme. Por un lado, lo primero que espera es que disfruten mucho de la historia que tiene por ofrecerles. Por el otro, su segundo objetivo, pero no menos importante, es que encuentren algo en la película que los haga hablar con sus amigos acerca de sus experiencias con su propia intimidad, pues es de lo más normal del mundo, y no habría porqué sentir vergüenza por ello; así como de la forma en la que nos percibimos a nosotros mismos, y la importancia que tiene la autoaceptación, para llevar una vida plena.