Yu-Gi-Oh! El lado oscuro de las dimensiones

ADVERTENCIA: Esta crítica contiene ligeros spoilers.

El buen anime se nota, se impone. Cuando
hay una buena historia, personajes sólidos y creativos con estudios que quieren
en verdad complacer a los fans –y recaudar buenas ganancias en el proceso– está
casi garantizado el éxito. Y cuando hablamos de Yu-Gi-Oh!, hablamos de uno de
esos casos.

Por eso, tras 11 años del final del anime y
manga (¡57 videojuegos!), y cerca de un lustro después de la última película –aquella Bonds Beyond
Time que ostentó formato 3D– tenemos una película que bien puede servir tanto
como un gran cierre a la franquicia como la puerta para la edad adulta de Yugi
y sus amigos… ¿por qué no, si hay un Digimon Adventure Tri, Boruto y hasta
Dragon Ball Super? Pero no vayamos tan rápido. Aquí está la reseña de Yu-Gi-Oh!
The Dark Side of Dimensions, que se estará exhibiendo durante este y el próximo
fin de semana en casi 100 salas de la cadena Cinépolis.

De inicio, es sorprendente cómo Konami (sí,
la polémica compañía de videojuegos del caso Kojima) y Studio Gallop han sabido
cuidar su franquicia y brindar en más del doble de la duración de la película
anterior una historia mayormente balanceada y atractiva, no sólo para los fans
de hueso colorado, sino para el papá, amigo o novio/a que se aventure (háganlo)
a acompañar a su ser querido que sí es fan.

En resumen para quienes no conocen nada de
esta saga anime noventera: un grupo de amigos se encuentra en sus últimos meses
escolares y su especialidad por años ha sido combatir con criaturas fantásticas
a través de cartas de poder. Uno de ellos resultó ser el portador de espíritu
del poderoso faraón Atem, pero casi un año después de concluidas sus aventuras
en la serie oficial (más de 10 para nosotros) regresan para un inesperado reto
que, de algún modo, brinda un epílogo y agradable conclusión a varios arcos y
personajes, sin cerrar la puerta para una posible secuela.

Ahora, para los fans: es muy emocionante la
evolución en las herramientas y artilugios del anime actual ver de regreso a
Yugi Muto, Seto Kaiba, Bakura Ryo, la aún más linda Tea (Anzu), Joey (Katsuya) como
un grupo de camaradas que han pasado muchas aventuras juntos –con todo y
frases, easter eggs y guiños al pasado–, listos para sacrificarse uno por el
otro sin importar las consecuencias. La película arranca bien, presenta un
adversario de respeto y mantiene un balance entre diálogos, comedy relief y
duelos que tendrán a todo mundo entretenido en la butaca. Y la maravilla de Cinépolis/Konnichiwa
de entregar una tarjeta de batalla muy especial (Obelisco el Atormentador) a todo el que asista es
un regalo genial y muy apreciado por los fans más apegados a Yu-Gi-Oh!

Ahora bien, no todo es perfecto. Primero
hablemos de la película en sí. No encontré ningún defecto notable en la
realización, ni en el agradable balance entre la animación tradicional y
efectos CG (particularmente en las formidables bestias y guerreros al invocar
las cartas). Pero la historia tiene tantos giros, que en el tercer acto se
siente algo anticlimático justo al final, sobre todo cuando el espectador se
percata de que el adversario principal y el motivo base de toda la trama, se
diluyen en algo que pudo haberse resuelto de una manera más sencilla (aunque
deja clara la personalidad obstinada de Seto, que tantos amaron por años). Nada
que rompa el corazón de un fan, aunque el desperdicio de personajes como Joey y
hasta Bakura podrían resultar frustrantes para algunos. ¿Y qué pasó con
aquél romance inconcluso?

Ahora ­–y esta es la parte que como
defensor del buen doblaje mexicano– tengo que decir de la forma más objetiva
posible. El doblaje al español en sí no es malo. Es aceptable. Si tienen
interés en esta reseña, estoy seguro que al menos están enterados de la
polémica que se generó en redes sociales al saberse que los actores Irwin
Daayán, Ricardo Mendoza y José Gilberto Vilchis –quienes dieron voz en español
a Yugi, Seto y Bakura durante años– están ausentes en esta película. Aunque
definitivamente se siente su ausencia, el cinéfilo promedio no sentirá un
cambio notable, excepto por errores de ecualización y mezcla evidentes (siseo,
ecos no deseados y voces demasiado altas en algunas escenas).

Hay versiones diferentes sobre lo que
ocurrió tras bambalinas con estas omisiones (los actores mismos publicaron un video con su versión en YouTube), y no nos corresponde tomar partido
o detonar polémica por el tema. Mi humilde sugerencia a los responsables de esta fase es
exhortarlos a no descuidar este aspecto en futuros proyectos: hay muchos
actores y estudios de experiencia y renombre que pueden (y deben) usarse en
sagas de prestigio, sobre todo con una base de fans tan extensa y exigente. Por ejemplo, en los Estados Unidos consiguieron a los actores que doblaron toda la serie para reinterpretar en esta película. ¿Por qué aquí no? No
repitan los errores de los casos Simpson y Dragon Ball Z Kai , que por ahorrar
unos cuantos pesos, terminaron perdiendo una cantidad asombrosa de seguidores. 

En conclusión: El lado oscuro de las dimensiones es una película anime
que puede disfrutar toda la familia, aunque en realidad está dirigida a fans de
la saga. No se la pierdan, apoyando así este hermoso género. No exagero, al
decirles que al hacerlo, abrirán la puerta muchas sorpresas emocionantes que
seguirán llegando a nuestro país.

Julio Vélez Colaborador en web y revista Cine PREMIERE desde 2006. Me especializo en anime/manga, comics, doblaje, tecnología y videojuegos. Mis sagas favoritas: Doctor Who, Star Trek, Dragon Ball y Star Wars. Batimaníaco, geek ochentero y hardcore gamer.