Fenómeno siniestro
Su trama tiene giros absurdos y termina por resultar arbitraria y tramposa.
A estas alturas, la premisa resulta casi tan atractiva como familiar: ajena a los muy reales horrores que le esperan, la producción de un tramposo reality show televisivo que investiga historias de fantasmas y casas embrujadas se propone encerrarse durante una noche en el Collingwood Psychiatric Hospital de Maryland, un hospital mental abandonado que, entre los rumores de los espectros que lo habitan y las sórdidas historias que circulan sobre su infame existencia, parecería el caso ideal para un programa como éste. El lugar, por supuesto, resulta estar embrujado de verdad, y los otrora escépticos habrán de lamentar el momento en que les pareció buena idea haber llegado hasta a pagar paleros para que contaran las leyendas del lugar.
Aún otra película de terror producida en estilo found footage, el debut como directores de Colin Minihan y Stuart Ortiz consigue crear, para ser justos, una atmósfera particularmente inquietante, gracias en buena medida a una tétrica locación –la cinta fue filmada en un hospital abandonado de Vancouver– cuyos largos pasillos y vacías habitaciones resultan muy útiles en el momento en que los miembros del crew comienzan a desaparecer. Sin embargo, se trata de una historia que hemos visto ya en otras muchas ocasiones –la manera en que los personajes se descubren dando vueltas dentro del lúgubre manicomio recuerda en mucho a El proyecto de la bruja de Blair– y, de hecho, la anécdota parecería calcada de la película costarricense El sanatorio (2010), de Miguel Gómez, que se presentara aquí en el festival de cine MÓRBIDO hace ya un par de años.
Si a todo esto le agregamos las limitadas posibilidades del formato, la escasa presencia de un reparto que a ratos se antoja intercambiable y los giros cada vez más absurdos de una trama que termina por resultar arbitraria y tramposa, Fenómeno siniestro resulta en una cinta por demás trillada. Ésta tiene muy poco que aportar a lo visto ya en cintas de sí derivativas como Apollo 18, El último exorcismo o la saga de Actividad paranormal o en una película como la aún por estrenarse Emergo (2011), un mucho mejor filme en el que las limitantes del found footage pasan a segundo plano gracias a su rigor narrativo, a su inteligencia y al desarrollo de personajes por los que genuinamente nos interesamos… justo la clase de fenómenos que le hacen falta a esta cinta.
Ve el trailer de Fenómeno siniestro.