La promesa
El director de Hotel Ruanda y En el nombre del padre entrega una cinta que queda muy por debajo de sus obras anteriores.
El cineasta Terry George tiene en Hotel Ruanda (2004), de la que fue director y guionista, y en En el nombre del padre (1993), de la que fue coguionista, buenos ejemplos de su trabajo en el cine. Con tales antecedentes de historias de corte social que daban cuenta de genocidios, las expectativas sobre La promesa eran bastante altas, pues se trata de una película sobre el genocidio armenio perpetrado por el imperio turco en la época de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el realizador se conformó con que el título del filme se convirtiera precisamente en el mejor resumen del resultado final: la película es sólo una promesa. Aunque toca explícitamente el tema del genocidio, que aun hoy niega el gobierno turco, lo hace a través de una trama guiada por un triángulo amoroso manejado como una telenovela con un final no del todo feliz.
Mikael Boghosian (Oscar Isaac, el actor guatemalteco que hizo a Poe en Star Wars: el despertar de la Fuerza) es un armenio que vive en un pueblo de las montañas donde es el boticario, pero él quiere convertirse en médico. Como no puede pagarse los estudios en Estambul, acepta comprometerse con Maral (Angela Sarafyan), cuyo padre le da suficientes monedas de oro para que se ausente durante un par de años y obtenga el título. Mikael llega a casa de su tío, un acomodado vendedor de telas. Ahí conoce a Ana Kesharian (Charlotte Le Bon), una bella joven que es institutriz de sus primas y por la cual siente una atracción inmediata. Ella, armenia huérfana que ha vivido en París, vive en un hotel con Chris Myers (Christian Bale), corresponsal de Associated Press que cubre el conflicto.
Pronto es evidente que la atracción es mutua y, justo cuando empieza el conflicto, se consuma. Pero las tragedias se suceden, el tío de Mikael es arrestado, su amigo Emre (Marwan Kenzari), hijo de un influyente político, intenta ayudarlo pero no puede. Mikael es enviado a un lugar remoto a trabajar en las vías y ahí permanece hasta que puede escapar de manera circunstancial y regresa a su pueblo.
La promesa retoma el triángulo amoroso más adelante. En tanto, presenta a Chris como un periodista comprometido no solo con sus convicciones de comunicador, sino con sus convicciones humanitarias y como un ferviente defensor de las libertades, lo que lo llevará a ser arrestado.
Terry George mantiene un buen ritmo aunque deja que el triángulo amoroso sea el que guíe la película, lo que hace que el contexto histórico vaya convirtiéndose en un accesorio y pierda fuerza. Así, el melodrama se impone aunque lo haya construido alrededor de una recreación bien trabajada, aunque presente personajes como el del reverendo Dikran (Daniel Giménez Cacho), quien ayuda a los huérfanos del conflicto a salir del país y luego se queda con el grupo que resiste al ejército turco que va asesinando a todos los armenios por todo el país.
Sin un buen desarrollo de personajes ni un buen manejo de las tensiones dramáticas en las escenas que lo requerían, la película de George cojea todo el tiempo. Y aunque es un buen intento por poner el dedo en el espinoso tema del genocidio armenio, La promesa no logra generar emociones a pesar de que en algún momento hace evidentes atrocidades terribles.