Boruto: The Naruto Movie
La onceava película de la saga Naruto garantiza el surgimiento de una nueva era con estupenda animación, pero un drama familiar con clichés y “bromas locales”.
Esta reseña debería tener 2 calificaciones diferentes: una es de 5 estrellas para Kokuban y Cinépolis por dar continuidad a la maravilla de tener películas anime de calidad en carteleras de cine mexicanas, con un impecable subtitulaje (que no es tarea fácil, traduciendo del japonés) y en una cantidad decente de salas. ¡Traigan más, por favor, queremos MACROSS!
Pero hablemos de la calificación en sí a esta onceava película de la saga Naruto, que de algún modo sigue celebrando el 15 aniversario de la saga haciendo algo más que “estirar” el epílogo del manga y el filme anterior: reinicia la franquicia con una nueva generación. Y en una era donde Dragon Ball, Digimon y Sailor Moon resucitan como el caballero Fénix de Saint Seiya, ¿por qué no hacerlo con uno de los mangas y animes más exitosos en el mundo, como lo sigue siendo Naruto? La respuesta es una combinación de elementos en pro y en contra.
Boruto: The NAruto Movie trata justamente sobre el inicio de hijo de Naruto Uzamaki y Hinata Hyuga como adolescente, como shinobi y también como lo que parece ser el nuevo protagonista de la saga. Irónicamente, Naruto consigue su sueño de consagrarse como el séptimo Hokage de la aldea de Konoha, pero en sus labores de líder y héroe resulta que no tiene tiempo para su familia, lo que detona el encono y rebeldía por parte de su hijo mayor. Boruto busca la guía y entrenamiento del “rival” de Naruto, Sasuke Uchiha y junto con la salida fácil que le ofrece un científico egoísta a fin de ser un poderoso ninja usando tecnología en lugar de talento, el chico se enfrasca en una aventura llena de retos familiares, de amistad… ¡y extraterrestres!
Ahora: ¿cómo hacer para que un cinéfilo sin conocimiento de una saga de más de 70 volúmenes de manga y más de 670 episodios anime entienda todo lo que ha pasado hasta ahora? La respuesta corta es que no hay mayor problema, pero sí hay arcos, frases y “bromas internas” que pasarán desapercibidas para los neófitos.
La animación es estupenda, incluso más que lo visto en The Last el año pasado, especialmente por un mayor número de escenas de acción, donde tanto la anterior como la nueva generación hacen alarde de artes ninja y combinación de poderes que envidiarían los mismísimos Goku y Vegeta (el balance de poder es más creíble en esta saga). Las voces de los actores originales y la música son espléndidas y cabe mencionar de nuevo que, a fin de no atrasar más su estreno y distribución Kokuban tuvo el acierto de traernos el anime en su idioma original, si bien los nostálgicos extrañamos el doblaje nacional.
Ahora bien, la parte que resta puntos en esta reseña son dos elementos: el arco y desarrollo de la trama se siente lleno de clichés y aunque se reconoce que es todo un reto “tener más que contar” en una saga tan extensa (pregúntenle a Dragon Ball Super), otras series como Digimon Adventure tri. lo han hecho con maestría. Después de tanta lucha, entrenamiento y vivencias con Naruto, duele verlo como un padre ausente. Y el reto de los antagonistas es más deslucido que el mismísimo Freezer con complejo de premio Oscar. En serio, ¿el recurso de estas sagas niponas será jugar con otras dimensiones y seres extraterrestres? Tanto a Akira Toriyama como a Masashi Kishimoto les hacen falta algunas ideas de guionistas de Hollywoo… un momento.
En conclusión, es un deleite asistir a una enorme pantalla de cine en México para ver buen anime. Y Boruto no es perfecta, pero les aseguro que como buenos otakus o sencillos adeptos a este género animado, saldrán de la sala con una enorme sonrisa, como esas que el pequeño Naruto nos regaló durante 15 años (*el autor enjuga su Ojo Remi*).