Amityville: El despertar

En 1975, en la localidad de Amityville, Long Island, en Nueva York, Ronald DeFeo fue condenado por el asesinato de su padre, su madre y sus cuatro hermanos y hermanas en su casa del número 112 de Ocean Avenue. Ese mismo año, George Lutz se mudó junto con su familia a la casa, la que terminaron dejando apenas un mes después, luego de que comenzaron a escuchar voces y de que Lutz se descubriera despertando a menudo a las 3:15 de la madrugada –la misma hora en que DeFeo habría asesinado a su familia–.

La historia habría de inspirar no sólo la película The Amityville Horror (1979) y una retahíla de secuelas, sino también multitud de libros en los que aún hoy se debate si todo habría sido un engaño, o si la casa en verdad estaría… sí, embrujada.

Las secuelas apestan, sin embargo, como en alguna escena de esta película le dicen sus amigos a Belle, una joven cuya familia se acaba de mudar al pueblo junto con su madre, su pequeña hermana Juliet y su hermano gemelo James, quien se encuentra en coma tras un desafortunado accidente. Sí, lo que pedían por la nueva casa era demasiado poco para ser cierto. Es entonces que comienzan a suceder cosas raras como las pesadillas de rigor, las voces provenientes de ese cuarto secreto y, sí, la misteriosa recuperación de James. Sí: Belle y su familia se han mudado a la casa de la película, y pronto habrá de descubrir qué hay de cierto en todo ello.

Y es que, más que una secuela, Amityville: El despertar no sólo es una entrega más de la longeva franquicia: también es una cinta que tiene lugar no en la continuidad de la serie, sino en el mundo “real”: Belle es la última en enterarse que vive en la más famosa de las casas embrujadas, y justo son sus amigos quienes se encargan de ponerla al tanto y hasta de sentarse a ver con ella el DVD de la película original.

Si bien es cierto que la de 1979 es considerada hoy un clásico, y que la historia ha sido referida en infinidad de ocasiones –los famosos esposos Warren sostenían que no se trataba de un fraude, y su versión de los hechos habría de ser adaptada en la secuencia inicial de El conjuro 2 (2016)–, también lo es que ni las secuelas ni el remake de 2005 con Ryan Reynolds han sido más que películas genéricas de terror. Pero donde aquella era estelarizada por James Brolin y Margot Kidder, esta versión es habitada por los fantasmas de actores otrora populares como Jennifer Jason Leigh en el papel de la madre, y otros cuya carrera no termina de levantar –caso de Jennifer Morrison como la tía de Belle–.

En realidad, la película misma parecería sufrir de alguna suerte de maldición: pensada en un inicio como un reboot en la onda found footage, la cinta ha visto postergado su estreno en repetidas ocasiones y, fuera de su estreno aquí y en Ucrania, parece haber sido pospuesta indefinidamente por Dimension Films, distribuidora de una cinta que ahora lleva la firma de Blumhouse. Tal vez todo esto explique por qué Amityvillle: El despertar no es sino otra película más de casas embrujadas: Blumhouse se ha hecho de un nombre en años recientes como la más exitosa productora de cine de terror, y la cinta del veterano Franck Khalfoun cumple en lo que a jump scares y esas convenciones se refiere. Y, sin embargo, y a pesar de alguna vuelta de tuerca por ahí, la saga de Amityville parecería tan condenada a repetir una y otra vez lo mismo como los habitantes de la infame casa.

¿Te interesa el mundo del emprendimiento?
Conoce Emprendedor.com el medio lider en contenido de Ideas de Negocio, Startups, Finanzas, Noticias para emprendedores, Franquicias, Marketing, Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Antonio Camarillo Periodista y cineasta, es colaborador de Cine PREMIERE desde el año 2002, conductor de Horroris Causa en UAM Radio 94.1 FM y miembro del equipo de Mórbido: Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror. Actualmente imparte las materias de Narrativa, Guionismo y Géneros Cinematográficos en SAE Institute Mexico, así como talleres de guion para cortometraje.