Nebraska

Con Nebraska, el director Alexander Payne demuestra una vez más su maestría como cineasta, ahora con una historia enfocada en la relación distanciada entre un hijo y su padre alcohólico. Filmada enteramente en blanco y negro, este filme fue nominado a 6 Premios de la Academia, incluyendo Mejor película y director. Pero lo que separa a Nebraska del resto de las películas con temática similar, es el humor negro tan característico de Payne.

El guión es de Bob Nelson –su debut en un largometraje– y en éste nos presenta una historia con personajes reales y sin pretensiones. Ellos no esconden lo que son, ni se autocensuran y justamente éste es uno de los elementos más refrescantes de la película. Desarrollada como una road movie, en este filme viajamos de Montana a Nebraska con David (Will Forte) y su padre Woody (el nominado al Oscar Bruce Dern), un hombre casi senil que está convencido de haber ganado $1 millón de dólares en Nebraska.

Tal pareciera que Nelson y Payne están hechos el uno para el otro, pues el director entiende quiénes son sus personajes, mientras que el guionista comprende qué tipo de historias son las que Payne suele contar. Es sobre todo muy significativo que ésta sea la primera película en la que el cineasta no se involucra directamente con el guión. Y quizá es por esta razón que hacia el 3er acto, a Nebraska le haga falta un vuelco más a la trama que modifique lo lineal de la historia. De la misma manera, puede que haya quienes sientan que el ritmo contemplativo en el que cae en ocasiones, torne la película pesada. Por eso es importante establecer que ésta es más cercana a un Las confesiones del Sr. Schmidt (About Schmidt, 2003) que a un Los descendientes (The Descendants, 2011). Y aunque la historia es melancólica, depresiva y un poco lenta, esto se equilibra con la comedia y humor que en más de una ocasión hará que la audiencia suelte pequeñas carcajadas.

Bruce Dern interpreta a la perfección a un hombre tanto cansado de la vida, como inocente y calculador, todo al mismo tiempo. Es por esto que su personaje no cae en los clásicos arquetipos, y justo como sucede en la vida real, él es un ser humano con varias tonalidades. Y si hablamos de los aciertos de Nebraska, aquí también entra el score de Mark Orton, pues su música se convierte en un personaje más de la película. Mientras que la cinematografía de Phedon Papamichael, como ya nos tiene acostumbrados, es excepcional. La decisión de realizar esta película en blanco y negro rindió sus frutos pues le da más poder visual a esta historia.

Al final, Nebraska es una película honesta donde todos los elementos se unen para darle al espectador una experiencia más real en el cine. Imperdible.

Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com