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Cine

Philomena

05-02-2014, 4:27:25 PM Por:
Philomena

Protagonizada por Judi Dench y Steven Coogan, Philomena es una pequeña joya: brillante, sutil e imperdible.

Cine PREMIERE: 4.5
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Philomena, dirigida por Stephen Frears (La reina) y protagonizada por una luminosa Judi Dench, es nada menos que una “pequeña” joya. Y es “pequeña” en apariencia, no porque lo sea en extensión, ni en relevancia o calidad, sino porque incluso dentro de toda su grandeza y tópicos controvertidos, no aspira más que a narrar, con encanto y humildad, la búsqueda de una madre que no ha visto a su hijo en 50 años. La cinta es tal como su protagonista: envuelta en un trasfondo de crueldad y tristeza, pero no por ello menos sutil, modesta, inocente y llena de esperanza.

Basada en el libro del periodista británico Martin Sixmith, El hijo perdido de Philomena Lee, el filme cuenta la historia real de Philomena (Dench), quien es encerrada en un convento durante su adolescencia por embarazarse fuera del matrimonio y, después, forzada a dar en adopción– por decirlo así– a su hijo pequeño. Décadas más tarde, sin embargo, decide emprender la búsqueda de su primogénito perdido, con Sixmith (Steve Coogan) como su compañero de expedición. Así es como nace este inusual equipo: un periodista agnóstico y una madre creyente– a pesar de todo, no ha perdido su fe religiosa– que se convierten en cómplices.

En manos de Frears, esta tragedia de la vida real, que parte de un tema incendiario como lo es el crimen cometido “en nombre” de la religión, logra convertirse en un viaje enternecedor, que lleva al espectador por lugares emocionales inesperados. El guión, adaptado por Jeff Pope y el mismo Coogan, no es una vociferación en contra de la doble moral de los conventos irlandeses de los 50; de hecho, no es un ningún grito en contra de nada. Ilustra las desoladas consecuencias de estas prácticas, pero lo hace más con silencios que con vituperios. En realidad, termina por explorar más bien el enigma del perdón, ése que se las arregla para germinar en situaciones inimaginables.

A lado de la grandilocuencia de otros filmes reconocidos como los mejores del año– sobre secuestros pirata, accidentes espaciales, atrocidades de la esclavitud y excesos del sueño americano, Philomena es como un susurro, una sugerencia silenciosa, pero igual de capaz de desatar poderosas emociones y reflexiones. Su maestría recae casi en su totalidad en la dupla Judi Dench-Steve Coogan, quienes ofrecen interpretaciones brillantes, honestas y creíbles. La química entre ellos es casi palpable y son sus puntiagudos diálogos los que dotan de chispa y encanto a un drama que en otras manos pudo haber caído en el sentimentalismo o en la insignificancia.

Aunque contundente, ésta es una cinta cuyo tema quizá no sea para todo público, en especial para los espectadores demasiado jóvenes, por la forma en que pone el dedo sobre ellos (juega con la veracidad y la ficción, pero todo lo que concierne a las tristezas del cautiverio es real). Aún así, Philomena le pertenece por completo a este dúo, cuyas dinámicas la hacen universalmente agradable en lugar de aleccionadora. Vale la pena por sí solo el ver cómo sus personajes se complementan, pues mientras Sixmith representa la búsqueda de la verdad y el cuestionamiento, Philomena es sin duda la de las certezas.

autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
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